Historiografía Lenguajes Teoría

Construir historias

por Marco Ornelas *

Con estas líneas, sigo la sugerencia de Luis Fernando Granados (“Un país sin esclavos ni castas”) de evitar considerar el pasado como si existiera por sí mismo o de calibrar los hechos pasados únicamente desde lo que terminó siendo, con el paso del tiempo, hegemónico, y propongo un modo de construir historias.

Que la historia no exista por sí misma, según alcanzo a entender, quiere decir que, en principio, debiéramos sospechar de cualquier historia que se presentase como una secuencia “real” o “pura” de acontecimientos. Éste sería el primer resguardo cierto contra historias de bronce. Los pasos subsecuentes para construir historias son:

1. Selecciónese un acontecimiento pasado y un entendimiento afín del mismo que queramos perfilar como centro de nuestra historia.

2. El acontecimiento histórico no es entendido por todos de la misma manera, por lo que deben enfatizarse aquellos aspectos y personajes del acontecimiento a tratar que acentúen el sentido propuesto (un entendimiento particular del mismo).

3. La historia comienza a construirse precisamente cuando la narración conecta con una secuencia artificial de acontecimientos, cuyo sentido es semejante al acontecimiento pasado que le sirvió como punto de partida.

4. Está claro que el sentido propuesto por el narrador nunca es absoluto y que, junto a él, existen otros muchos sentidos (unos cercanos, otros lejanos, algunos otros contrapuestos); en ello estriba la credibilidad de una historia y el espacio para construir sus tramas y personajes.

Niklas Luhmann
Niklas Luhmann. (Foto: Andreas Fruetch.)

La comunicación de los hechos históricos siempre se despliega en secuencias temporales. Y es en la secuencia temporal de la comunicación de los acontecimientos donde estos adquieren un sentido determinado, una tonalidad específica:

Bajo la designación de historia no debe entenderse simplemente la secuencia real de los acontecimientos en virtud de la cual se puede concebir lo presente como efecto de causas pasadas o como causa de efectos futuros. Lo específico de la historia del sentido radica, más bien, en que posibilita el asimiento discrecional del sentido en los acontecimientos pasados o futuros, es decir, posibilita el saltar la secuencia. La historia tiene lugar cuando las secuencias quedan desligadas. Un sistema de sentido tiene historia en la medida en que limita, ya sea mediante asimientos discrecionales, sean éstos determinados acontecimientos pasados (la destrucción del templo, la coronación del emperador por el papa, la derrota de Sedán; o hechos más pequeños: una boda, la interrupción de los estudios, la primera condena a pena menor de prisión, el “destape” de los homosexuales), mediante la finalización del futuro. La historia, por tanto, es siempre pasado-presente o futuro-presente, y siempre significa tomar distancia respecto de la secuencia pura, y además, reducción de la ganada libertad de asimiento versátil de todo lo pasado y de todo lo venidero [Niklas Luhmann, Sistemas sociales: Lineamientos para una teoría general, trad. de Silvia Pappe y Brunhilde Erker (Rubí-México-Santafé de Bogotá: Anthropos-Universidad Iberoamericana-Pontificia Universidad Javeriana, [1984] 1998), 94].

El “asimiento discrecional del sentido” sólo se hace posible con la ayuda de dispositivos técnicos de difusión de la comunicación tales como el lenguaje, la escritura, la imprenta y, a últimas fechas, la teleinformática (maridaje de las telecomunicaciones y la informática), sin los cuales sería prácticamente imposible imaginar semánticas, esto es, la fijación de posibles sentidos de las cosas, de las que podrían producirse (o señalarse) impresos distintivos.

1 comments on “Construir historias

  1. Procedimiento similar al que hizo David Hume durante la época llamada Modernismo.

    Me gusta

Deja un comentario