por Agustín Córdova *
Por trigésimo sexta ocasión, del 28 de octubre al primero de noviembre se llevó a cabo el Encuentro Nacional de Estudiantes de Historia (ENEH), este año en la ciudad de Querétaro. El encuentro fue apoyado por la Universidad Autónoma de Querétaro, la Facultad de Filosofía, la Maestría en Estudios Históricos y la Licenciatura de Historia de dicha universidad. El objetivo del ENEH en cuestión fue, según la descripción que aparece en su sitio oficial,
[…] dar cabida a todas las propuestas históricas, para intercambiar paradigmas, acrecentar dudas y tratar de resolver viejos problemas; contando de igual manera sus repercusiones vigentes.
Como se sabe, los ENEH son reuniones organizadas por la comunidad de estudiantes de historia de todo el país, a través de delegaciones (una en cada escuela, facultad o universidad donde se imparte la licenciatura en historia) representadas por un variado número de delegados. Al ser partícipe del pasado encuentro, me surgen dudas respecto de la importancia, la participación, la divulgación y la trascendencia de estos encuentros. Voy por partes.
Al escribir importancia me refiero al impacto que han tenido los ENEH, a lo largo de sus treinta y seis ediciones, en el medio de la comunidad de estudiantes de historia. Los ENEH, reuniones formales con miras a convertirse en punto donde converjan todas las miradas de estudiantes de historia, terminan siendo para algunos la oportunidad idónea de “turistear” —si se me permite el término— o participar en una de las más emblemáticas borracheras. El resultado es una visión sesgada de lo que pretenden ser estos encuentros, reconocidos sólo por un mínimo porcentaje del gremio de historiadores y académicos de Clío, por no decir casi inexistentes para institutitos de investigación histórica e incluso para la propia Academia Mexicana de la Historia. Pero. ¿será que necesitemos de su reconocimiento para exponer nuestras interrogantes respecto al oficio de historiar? Quizá no.
En cuanto a la participación, ésta ha ido aumentando o al menos se ha mantenido. El XXVI ENEH presentó un total de 66 mesas, con un promedio de tres estudiantes (ponentes), con diversos temas y formas de tratar e interpretar las fuentes, y por ende la historia. Aunque sabemos que cantidad no necesariamente significa calidad (pues hubo trabajos bastante deficientes), se puede inferir la variedad de temas, preocupaciones, intereses y métodos que la comunidad de estudiantes de historia posee. ¿Es bueno participar en los próximos ENEH? Sí, en tanto uno también participe en otros encuentros de historiadores y no se quede sólo con la experiencia del ENEH.
La divulgación es un punto que precisa ser tratado en relación con el trabajo de las delegaciones de cada una de las escuelas y facultades. Lo que resulta imperioso es una divulgación eficiente. Como mera suposición: en la medida en que toda la comunidad de estudiantes de historia conozca estas reuniones, mayor será el envío de posibles ponencias y, por consiguiente, habrá un mejor parámetro de calidad para aceptarlas o no. Además, la divulgación no debería estar dirigida sólo a estudiantes, sino también a otros sectores, como el académico.

Por último, la trascendencia de estos encuentros requiere un par de puntualizaciones. Primero, los ENEH han logrado una trascendencia considerable, no sólo por el número de asistentes, talleristas y ponentes de sus últimas ediciones, sino por la toma de conciencia entre los estudiantes de la posibilidad única de relacionarse con otros estudiantes de historia de diferentes estados del país, y con ello, compartir ideas afines, debatir sobre puntos en desacuerdo y enriquecer su bagaje como aprendices de Clío. Segundo, hay una clara trascendencia de los ENEH en tanto que hay historiadores y figuras de las letras mexicanas que se presentan a estos encuentros para ofrecer alguna conferencia magistral. Tal fue el caso de Elena Poniatowska, quien no sólo se presentó a dar una conferencia magistral, sino que tuvo a bien entrar a una de las mesas de ponencias y escuchar a los estudiantes y sus temas de investigación.
La trascendencia, como los momentos, no llegan; se trabajan. Ése es el reto que tiene, por lo pronto, el XXVII ENEH, a celebrarse en Chiapas el próximo año. En tanto la comunidad de estudiantes de historiadores no se asuma como tal, estas reuniones no tendrán un mayor impacto y seguirán considerándose como una simple experiencia turística-bohémica.
Estoy casi de acuerdo con usted, Agustín Córdoba, estos foros deberían ser eventos donde se compartan dudas, conocimientos, investigaciones, ideas, tradiciones, formas de vida, etc. pero no todos los estudiantes que participan en ellos los toman en serio, y como dice, se convierten en viajes turísticos. Cada quien es responsable de lo que va a hacer en estos encuentros, pero dejo una pregunta al aire: ¿a quién le corresponde motivar a los estudiantes? Por otro lado, sería bueno que también se invitara a los grupos de guías de turistas certificados como participantes, yo soy guía y alguna vez fui a uno de éstos y realmente escuché información con la que enriquecí mis recorridos, aunque también hay que decirlo, generalmente el gremio de los historiadores no nos toman en serio. Al final de cuentas a nosotros nos toca, de alguna manera, difundir los conocimientos que todos ustedes investigan. Muchas gracias.
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La motivación debería de venir de ellos mismos, de los profesores y las universidades. Gracias por sus palabras y coincido con la alianza de historiadores y guías.
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Dudo de la trascendencia de un encuentro que limita el intercambio a lo que sucede en él.
Dudo de la trascendencia de un encuentro que no promueve el intercambio de posturas, mas la fijación de las de cada quien.
Dudo de la trascendencia de un encuentro que destaca por lo pedos que se ponen los camaradas y todo lo que socializan en su misma peda.
Dudo de encuentros centrados en la promoción de la ultra especialización.
Dudo de los encuentros que sólo sirven para hacer cuates de cantina y que no promueven el intercambio de ideas más allá de sí mismos.
Dudo de encuentros en los que, si no eres de izquierda, estás mal.
Dudo de todos estos encuentros estudiantiles, fiestas de una semana de duración, mesas llenas de crudos y de amigos todavía pedos, promoción de posturas correctas para hacer conciencia entre los propios alumnos de la carrera.
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Crea, eso también ayuda.
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Te quiero Felicitar, Agustín yo fui Delegado de la UAS ante la ADENEH del 2009-2011, en efecto la viabilidad académica es la que se debe de rescatar, un ejemplo en el 2011 organizamos el Regional del Norte en la UAS con sede en Mazatlán y tuvo mucho mayor peso que el ENEH que se hizo en Saltillo ese año, un contenido de 42 mesas de trabajo, con sus respectivos talleres y foros, batió records al ir 500 estudiantes, no lo sé si por lo turístico o lo académico, pero los organizadores cumplimos nuestra tarea, ahí depende de las Delegaciones asistentes, aprovecho también para que juntos hagamos gestiones pertinentes ante las Academias Nacionales de Historia e Institutos como el INAH y otros más, para que se sumen con los chavos a realizar más y mejores eventos de calidad, Cuenten Conmigo…
Omar Arias Pérez
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Gracias, Omar, un saludo hasta Sinaloa.
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