Enseñanza Política cultural

Feria del (des)empleo

por Agustín Córdova *

Por décimo tercera ocasión, el 11 y 12 de septiembre se llevó a cabo la Feria del Empleo UNAM, organizada por la Secretaría de Servicios a la Comunidad, la Dirección General de Orientación y Servicios Educativos y los Servicios de Bolsa de Trabajo de las Facultades y Escuelas, con sede en las inmediaciones (estacionamiento para aspirantes) de la universidad. El objetivo de la feria, en palabras de sus organizadores, es

Ofrecer a los alumnos de los últimos semestres y a los egresados de la institución de nivel licenciatura y posgrado la oportunidad de conocer el mercado de trabajo y entrar en contacto con los oferentes de empleo, como estrategia para facilitar su incorporación al mercado laboral, en condiciones que satisfagan las necesidades de los universitarios y de las empresas.

De acuerdo con la misma página, en dicha feria el mercado laboral estaría representado por empresas e instituciones de los diversos sectores de la economía. En un espacio de 3 750 metros cuadrados, las empresas e instituciones incrementarían su cartera de candidatos con el perfil acorde a sus necesidades, con la posibilidad de emplearlos. Dada la información anterior, la feria parecía una oportunidad invaluable. Pero ¿qué puede encontrar un alumno de los últimos semestres, pasante o recién titulado de la licenciatura en historia?

Utilidad de la historia
Utilidad de la historia

En principio, con base en la revisión del folleto que se otorga a la entrada (previo registro), se advierte enseguida que, de todas las empresas e instituciones ubicadas en la feria, no hay una sola que se enfoque de forma específica en alguno de los campos en que un historiador puede desarrollarse laboralmente, es decir, la docencia, la investigación y la divulgación. Siendo así, el recorrido se reduce a visitar algunas opciones que podrían tener algún trabajo relacionado con la práctica de la profesión clionáutica; a saber, el Centro Educativo Cruz Azul, la editorial Santillana, el Instituto Mexicano de la Juventud, el periódico Reforma, la Secretaria de Gobernación y la universidad ICEL. Sin embargo, cubículo tras cubículo la decepción aumenta. Ninguno de estos empleadores ofrece trabajo para un novel historiador; si acaso, el Instituto Mexicano de la Juventud acepta recibir el curriculum vitae para agregarlo al cúmulo de papeles de jóvenes de variadas profesiones, para “tenerlos en cuenta” cuando se ofrezca alguna oportunidad laboral en su bolsa de trabajo.

Con las pocas esperanzas que quedan, el resto de las opciones laborales merman a meros — si se me permite el término— “empleos generales” que nada tienen que ver con el perfil de egreso que, en teoría, tendría un historiador de últimos semestres en curso, pasante sin pena ni gloria o titulado de buenas a primeras: Dish, Toks, Telcel, Telvista, Tiendas 3B y Walmart de México son las únicas empresas (ninguna institución) en las que un historiador pudiera cubrir alguna de las vacantes y no precisamente por ser historiador, sino simplemente por haber terminado la preparatoria o la licenciatura (sea la que sea). ¿Dónde quedó, entonces, la oportunidad de conocer el mercado de trabajo para un novel historiador? ¿Será acaso que el único mercado de trabajo para éste son los “empleos generales”?

Cabe señalar que quien organiza la feria, la UNAM, no es responsable directa de la poca oferta laboral; la UNAM sólo se dedica a llevar a cabo la logística de la feria, de acuerdo a la cantidad de empleos, vacantes, empresas e instituciones interesadas en participar. ¿Cuál será el destino de generaciones tras generaciones de historiadores que están por ultimar sus estudios o bien se enfocados en titularse o son ya recién titulados?

Concluyamos: quizá la XIII Feria del Empleo UNAM es la concreta realidad de las primeras posibilidades laborales que tienen todas y todos los noveles historiadores feria tras feria y año tras año —algunas como empleado general, pocas relacionados a su profesión y ning(una) como historiador.

4 comments on “Feria del (des)empleo

  1. Asistí por 3 ediciones a esta feria (una como estudiante y dos como egresado) en espera de una oportunidad laboral atractiva -soy psicólogo- y no quedé menos que decepcionado de esta feria. Las empresas regularmente asisten a ella sólo para hacer un conglomerado de curriculas que nunca revisan a detalle y uno no hace más que perder dinero, tiempo y mucho papel en las impresiones de nuestro CV. Esta fue mi experiencia, la cual no es distinta de muchos otros profesionistas que también asistieron a la feria y con los cuales he hablado. Cuando uno se encuentra desempleado hay medios mucho más atractivos y económicos para conseguir empleo y evitar esta feria que en lo personal no recomiendo a nadie; OCC y Linkedin son mejores opciones al ser mayor la oferta de empleo que se publica a diario, al no gastar tanto tiempo y dinero en trasporte y papelería, así como en tener la opción de postularse en aquellas ofertas donde realmente buscan contratar personal y no sólo coleccionar CVs para su cartera de candidatos.

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  2. Seamos francos… ¿en cuántas empresas se puede colocar un historiador? Desde mi punto de vista, los historiadores (entre los que me cuento) están perdidos si no se han dado cuenta que las empresas simplemente no los necesitan, especialmente cuando casi todos quieres acceder a una plaza de investigador y a hay muy pocos lugares en donde puedan ejercer la docencia. Si los historiadores no apuntamos a la multi-disciplina, estamos perdidos… y en las mismas andan aquellos con maestría y doctorado… ¡A la empresas no les interesan los historiadores!

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