por Yazmín B. Durán
Algunos políticos en la historia de México sólo se han caracterizado por su activa participación en los asuntos gubernamentales y no por lo que escriben. Pero por lo menos en la última década hemos tenido tres presidentes que han escrito más de lo que podemos imaginar. Vicente Fox Quesada llegó a escribir A Los Pinos: Recuento autobiográfico y político (México: Océano, 1999) con motivo de su campaña hacia la presidencia para el 2000, y posteriormente, cuando su gobierno ya estaba finalizando, escribió Vicente Fox: Ideas del cambio democrático en México (México: Fondo de Cultura Económica, 2006). Otro político y ahora ex presidente de México que no se quedó atrás fue Felipe Calderón Hinojosa, quien también en 2006 publicó dos libros: El hijo desobediente: Notas en campaña y Para que vivamos mejor: Discursos de Felipe Calderón: campaña presidencial 2006.
Tanto Vicente Fox como Felipe Calderón escribieron libros que apoyaban su candidatura, aunque no son los únicos libros que han escrito. Por lo menos estos son los que quedaron como referencia para entender qué es lo que prometieron o pensaban durante sus campañas. Hoy en día, tenemos un presidente que no recuerda ni el nombre de tres libros que marcaron su vida, pero que escribió México la gran esperanza: Un estado eficaz para una democracia de resultados (México: Grijalbo, 2011). Ahora volvemos a estar en época de campañas y a 17 días de las elecciones nos encontramos con que la mayoría de los candidatos han escritos libros para respaldar sus ideas y proyectos políticos que nos han intentado presentar a lo largo de esta jornada electoral: tenemos a José Antonio Meade con El México que merecemos: Mi visión para transformar nuestro país con orden y rumbo (México: Grijalbo, 2018) y a Ricardo Anaya con De frente al futuro: Cuatro cambios indispensables para México, que aún no sale a la venta pero que sus voceros sfirman que sí existe.
(Es importante recordar que Carlos Salinas de Gortari también ha dedicado un buen tiempo en escribir libros que tienen mucho que ver con su percepción de la política y la economía mexicana; incluso, es el ex presidente que más ha escrito libros donde hace referencia a la historia. No olvidemos que hace apenas un año lanzó el último: Muros, puentes y litorales [México: Debate, 2017].)

Quizá el candidato presidencial del que más se ha hablado desde que decidió postularse es Andrés Manuel López Obrador. Hoy en día, como hace doce años, se encuentra arriba de las encuestas, pero con una gran diferencia entre éste y sus opositores. Me atrevería a decir que AMLO también se encuentra al puntero en ser el político contemporáneo que más libros ha escrito.
El primer libro que López Obrador publicó fue en 1986: Los primeros pasos: Tabasco 1810-1867. Al parecer fue resultado de la tesis que realizó para titularse como licenciado en ciencia política y administración pública. Después de ese libro no paró de escribir. Sus primeros dos libros se dedicaron a expresar el amor a su estado natal: Tabasco. Una vez que Andrés Manuel comenzó a insertarse en la política tabasqueña notó que en las elecciones de 1988 realizaron lo que él llamaba fraude en algunos municipios de Tabasco. Además de tomar acciones legales, decidió dejar testimonio de ello en otro libro publicado en 1990. Después de estos acontecimientos, AMLO continúo escribiendo sobre democracia, corrupción y fraude como forma de denuncia; sin embargo, estos textos no sólo se encargaron de explicar lo que sucedió en el momento de los hechos, sino que el tabasqueño prefirió darles una dimensión histórica, ya que casi siempre empezaba con una semblanza histórica de algunos de los problemas políticos por los que estaba pasando y cómo éstos han ido cambiando, o no, a través de su vida política.
Lo anterior no es gratuito ni espontáneo, ya que desde pequeño Andrés Manuel López Obrador mostró gran interés por la historia de México. Ahí nació su admiración por Juárez; de ahí que su tema de tesis se centre el gobierno del Benemérito. AMLO no dejó de escribir para explicar cuál era su papel en la política mexicana. Cuando se acercaban las elecciones presidenciales del 2006, López Obrador fue el primero en sacar su Proyecto alternativo de nación (México, Grijalbo, 2004), donde manifestaba su plan de trabajo si llegara a ser presidente; en el libro agregó un apartado donde se enfocaba en las enseñanzas que la historia nos dejó, las cuales retoma para tener un mejor gobierno. (Incluso hace una comparación totalmente anacrónica de cómo y por qué el PRI se parece tanto al gobierno de Santa Anna.)
El 2006 fue un año de incertidumbre electoral, primero porque nadie entendió cómo es que, de pasar a ser puntero, Andrés Manuel perdió las elecciones, y después porque el rumor de un fraude ya se asomaba. Un año después AMLO publicó La mafia que nos robó la presidencia (México: Grijalbo, 2007). A diferencia de los demás libros, éste se caracteriza por ser totalmente autobiográfico. Narra a detalle cómo fue su infancia y algunos problemas a los que se enfrentó cuando era niño. También explica el origen de su admiración por la historia y cómo es que la aplica en su vida política —además de puntualizar sus ideales.
Los siguientes libros se enfocaron especialmente en analizar lo que él llama “la mafia del poder”; así aparece Neoporfirismo: Hoy como ayer (México: Grijalbo, 2014), el cual se centra de manera más específica en la política de Porfirio Díaz y en cómo ésta se asemeja a la política económica de Carlos Salinas de Gortari. Si bien López Obrador reconoce (en la introducción) que no es historiador, se cataloga como un político que escribe historia; por lo tanto, la visión que plantea en el libro no pretende ser rigurosa pero sí bastante descriptiva.
El último libro que publicó AMLO es Catarino Erasmo Garza Rodríguez: ¿Revolucionario o bandido? (México: Planeta, 2016). En él pretende rescatar a un personaje poco conocido. López Obrador suele mencionar a personajes históricos reconocidos (Benito Juárez, Francisco I. Madero, Emiliano Zapata, Lázaro Cárdenas, entre otros), pero esta vez pretende dar un giro a su visión de historia; es decir, intenta demostrar que hubo personas que lucharon para alcanzar la democracia durante la dictadura de Porfirio Díaz pero que éstas no han sido reconocidas por su labor, que fue tan importante como la de Francisco I. Madero.
Si bien sabemos que Andrés Manuel López Obrador no es y ni será el primer político que escribe libros, es interesante saber y reconocer que por lo menos en la época contemporánea de México ha sido el único que ha destacado por la cantidad de libros que ha escrito. Y no sólo por la cantidad sino también por el contenido que tienen. Quizá son pocas las personas que realmente han leído alguno de sus libros. Sin embargo, considero que escribir ha permitido que el político tabasqueño no desaparezca de la mente de las personas —lo cual ayuda tanto en campaña.
AMLO no se graduó en ciencias de de la comunicación, sino en ciencias políticas.
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Me da mucho gusto saber que los jóvenes, no se dejen llevar o influir por lo que los medios se encargaron en difundir en contra de Manuel López Obrador, sino que se ponen a investigar lo que cada candidato hace o ha hecho, en este caso sobre los expresidentes y los libros que «han escrito» . Me gustó el análisis porque nos demuestra que López Obrador si los escribió y no sólo lo hizo para apoyar o justificar lo que él decía, sino haciendo análisis acerca de acontecimientos históricos.
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Me interesan mucho los libros de AMLO en forma muy especial me gustaría comprar El Desafuero. Muchas gracias!!
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