por Pedro Salmerón Sanginés
En ruta hacia los festejos de su bicentenario (2025), el gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia ha decidido editar y poner a circular masivamente 200 libros fundamentales para entender la historia, la economía, la sociedad y la cultura bolivianas; 200 libros que por diversas razones estaban fuera del alcance de los lectores medios y de los estudiantes, y que ahora inundan las bibliotecas. El vicepresidente Álvaro García Linera —en la presentación de la biblioteca— explicó así las razones y el mecanismo de selección de estos 200 títulos:
Se trata de textos —muchos de ellos de difícil acceso— publicados años atrás, pero nunca más reeditados; o publicados en otras partes del mundo, pero de difícil acceso para el estudiante; o publicados recientemente, pero con costos elevados y excluyentes. Nuestra tarea consistió en juntarlos e incorporarlos en una biblioteca a la que estudiosos e investigadores del país entero, pero, en particular, jóvenes escolares… puedan acceder de manera sencilla.
Para llevar adelante el proyecto con éxito, se tomó la decisión de reunir a importantes —si no es que a los mejores— investigadores y estudiosos de las distintas áreas de las ciencias sociales, artes y letras para que, en un largo debate conjunto… fueran seleccionando… esos 200 [títulos] más importantes para la comprensión de la historia de nuestro país.
No puedo juzgar sobre los 200 libros seleccionados, pero sí equiparar el esfuerzo con proyectos similares hechos en la república americana con menor analfabetismo y mayor nivel educativo y cultural (Cuba), que a su vez se inspiraron parcialmente en los esfuerzos educativos y culturales emanados de la revolución mexicana, en los años veinte y treinta del siglo XX.
Libros baratos y accesibles. ¿Cuántas veces escuchamos que en México no se lee? Nuestra experiencia en la brigada Para leer en libertad nos indica lo contrario: la gente está ávida de lectura, y entre el material de lectura que exige la historia, la buena historia, la bien contada, siempre ocupa uno de los primeros sitios. Por eso, en la Biblioteca del Bicentenario de Bolivia, la historia y la geografía suman 69 libros, sólo por debajo de los 72 de literatura y artes. Siendo Bolivia el primer estado plurinacional de América (en cuanto el reconocimiento oficial de esa diversidad étnica y lingüística que nos hermana), 49 libros están destinados a la sociología, la etnología y otros estudios que dan cuenta de la riqueza cultural de aquel país
Ediciones austeras pero muy bien cuidadas y manejables, cada una de ellas con un espléndido estudio introductorio de los más reconocidos especialistas, que resultan verdaderas llaves de entrada a la lectura, para todos los lectores legos, tanto los bolivianos jóvenes como los no bolivianos que nos acercamos a esos temas.

¿Ejemplos? Las historias y crónicas de la guerra de independencia, tan cercana y a la vez tan lejana a la nuestra: las andanzas por los llanos, las montañas y las selvas bolivianas de personajes entrañables como José Santos Vargas, Eusebio Lira y Juan de la Rosa nos resultan tan cercanas como distintas de nuestros Morelos y Guerrero; tanto como las luchas indígenas, obreras, campesinas y guerrilleras de Bolivia son a la vez tan cercanas y tan novedosas para un lector mexicano.
Se trata, pues, de un esfuerzo ejemplar para acercar a los bolivianos a esa historia que es, para nuestros pueblos, arma de cohesión e identidad. Pero también, y de ahí que lo presentemos en este marco, es una herramienta para los latinoamericanistas mexicanos —que todos deberíamos serlo. No sólo por coherencia y tradición, sino por mera gratitud, los mexicanos debemos voltear al sur: fueron los países hermanos de América Latina quienes reconocieron primero que nadie nuestra independencia, cuando la naciente república mexicana vivía bajo la amenaza de España y la Santa Alianza (no olvidemos que la primera felicitación por la independencia de México la envió el libertador Simón Bolívar, recibida en octubre de 1821, y Colombia fue el primer país con el que establecimos relaciones diplomáticas; en mayo de 1822 hizo lo mismo el libertador José de San Martín).
Fueron los países latinoamericanos los que ofrecieron todo el apoyo moral posible (que era lo posible) durante las agresiones imperialistas sufridas por nuestro país entre 1829 y 1867. Fueron los ministros del ABC (Argentina, Brasil y Chile), así como el heroico ministro de la jovensísima república de Cuba, don Manuel Márquez Sterling, quienes respaldaron a nuestro país durante su revolución y mediaron para ayudarnos a evitar una desastrosa guerra con la potencia del norte. Y volvimos a encontrar en el sur la solidaridad y el apoyo requeridos durante las peligrosísimas crisis internacionales de 1926-1927 y 1938-1942.
Hoy, que en el trono del poder imperial se sienta un fascista prepotente y agresivo, la solución está en el sur, una vez más. Y nos lo recordó con sus dos tuits de la madrugada del 31 de enero el presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, don Evo Morales Ayma:
Geográficamente #México está en el norte, pero para #EEUU siempre estará al sur. Nuestra familia está en el sur.
Invito a México retornar al G77 y juntos fortalezcamos CELAC. Unidos seremos la potencia que en su diversidad construya solidaridad mundial.
Quizá de momento tenemos un gobierno incapaz, por insensible y entreguista, de escuchar ese llamado. Pero el pueblo de México lo escuchó con alagría y pronto, muy pronto, estaremos en posibilidad de emparejar nuestra marcha con un proyecto común latinoamericano.
P.S. La colección Biblioteca del Bicentenario de Bolivia se presentará en la Feria del Palacio de Minería el domingo 5 de marzo, a las 19:00 horas, en el salón Filomeno Mata. Presentan el embajador José Crespo Fernández, el senador Alejandro Encinas y un servidor.
P.S. 2. Y ya que estarán en la feria de Minería y en el stand del Estado Plurinacional de Bolivia, también recomiendo ampliamente la autobiografía del presidente Evo Morales Ayma, Mi vida: De Orinoca al Palacio Quemado, una ejemplar historia sobre la lucha, la solidaridad y las causas bolivianas y latinoamericanas escrita con la modestia y la sencillez que caracterizan a Evo.
P.S. 3. Y ya que están este domingo en Minería, a las tres de la tarde, en el salón cinco, se homenajeará al mejor historiador del pasado indígena, don Alfredo López-Austin, hombre sabio y bueno. Asómense.
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