por Dalia Argüello, Diana Salazar Tapia e Israel Vargas Vázquez *
Nuestra preocupación acerca del uso de la historia ha sido el leitmotiv del Observatorio de Historia. Durante casi un año, en este espacio nos hemos ocupado sobre distintos temas que tienen que ver con ello. Nos da un enorme orgullo encontrar en nuestros lectores inquietudes y aficiones acerca del estudio de esta ciencia tan particular y a la vez tan universal. Sin embargo, hemos llegado al punto en que la crítica y la reflexión nos deben ayudar a mejorar nuestro enfoque de lo histórico, a establecer fines objetivos y encontrar alguna utilidad que ayude a los demás a ver la historia como el sendero donde interesan tanto las metas como los recorridos y la compañía.
Historia, ¿para qué? (México: Siglo Veintiuno, 1980) es un libro donde Carlos Pereyra compiló, hace algunos ayeres, textos de reconocidos personajes con distintas perspectivas sobre el tema. Dentro de sus páginas hay uno de José Joaquín Blanco que nos pareció verdaderamente inigualable y que nos parece un pecado no citarlo: «Ésta es la respuesta pública: [la historia es] Para interpretar mejor el mundo, para cambiar la vida, para reconocer raíces y procesos, para defender algunas verdades, para denunciar los mecanismos de opresión, para fortalecer luchas libertarias. Y la privada: [es] para vivir días que valgan la pena, alegres y despiertos» (86). Para todo lo anterior la historia es útil, pero sería obsoleta si no lo llevamos hacia un objetivo público.
¿Qué mejor público que el aula de clases? En el bachillerato se presenta la última oportunidad, dentro de la educación institucional, para que los futuros (o ya) trabajadores del empleo informal y los trabajadores profesionistas, como ingenieros, médicos, programadores, abogados, artistas, psicólogos y químicos, entiendan que la historia sirve para «cambiar la vida […] para vivir días que valgan la pena». Los profesores de historia tienen la responsabilidad social de ayudarlos a interpretar el pasado con ese fin.

El Observatorio de Historia busca contribuir en esa tarea, ser útil para los alumnos del bachillerato a través de los profesores que sientan la misma inquietud de José Joaquín Blanco. Deseosos de compartir experiencias y de servir como guías en ese pequeño tramo de su camino profesional, hemos decidido hacer de la crítica una práctica en la enseñanza. Es por eso que dentro de las actividades que propone nuestra asociación hemos diseñado el curso-taller «La historia y su enseñanza: Un espacio de reflexión colectiva», donde el intercambio de conocimientos teórico-prácticos se orienten a mejorar nuestra profesión en el aula.
En una breve síntesis, el curso busca: 1) crear un espacio de reflexión colectiva sobre el quehacer docente en su dimensión institucional, disciplinaria e interpersonal; 2) analizar la relación conflictiva entre investigación historiográfica, programas institucionales y práctica didáctica, y 3) sintetizar las propuestas del curso en estrategias didácticas para generar experiencias de enseñanza-aprendizaje diferentes. Hemos diseñado este esquema escalonado que nos llevará de la reflexión teórica a la propuesta práctica, donde el programa indicativo de la institución en la que laboren los asistentes sea abordado críticamente para materializarlo adecuadamente para nuestros sujetos de aprendizaje.
La invitación está abierta para profesoras y profesores con experiencia, pero también para quienes van comenzando, porque les será útil tener cierta orientación sobre la enseñanza, ya que deben entender que saber una ciencia no implica saber enseñarla de forma significativa. Con esta propuesta se espera contribuir al freno de la repetición de esquemas anquilosados en la enseñanza tradicional y enciclopédica de la historia, y partir hacia el fenómeno constructivista de la educación formativa.
El curso-taller comienza el 23 de agosto y termina 29 de noviembre en el Ateneo Español de México A. C. en la ciudad de México. Las sesiones serán semanales. Para mayores informes, pueden escribirnos al observatoriodehistoria@gmail.com y con mucho gusto les enviaremos el programa indicativo, el formato de inscripción y también resolveremos sus dudas. Si desea ayudarnos difundiendo este curso lo agradecemos profundamente (háganoslo saber para enviar la publicidad por correo electrónico).
Me gustaría ayudar en la difusión. Saludos.
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Estimado Gustavo
Gracias por tu propuesta. Claro que aceptamos tu ayuda, puedes enviarnos un mail al correo observatoriodehistoria@gmail.com para ver cómo nos ayudarías. Si pudieras compartir con tus conocidos o en las redes sociales esta nota web sería también de gran ayuda.
Gracias y saludos
Israel V
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