por Esmeralda Hernández
El domingo 28 de julio, al coro de “todos somos Tepoztlán”, un pequeño grupo de manifestantes concluyó el mitin que se llevó a cabo frente a la representación del estado de Morelos en el Distrito Federal. Se trató de una muestra de apoyo a los pobladores de Tepoztlán que se oponen a la ampliación de la carretera La Pera-Cuautla a cargo de la empresa Tradeco.

Tradeco comenzó sus operaciones en 1992, en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, pero no fue sino hasta 2003, al amparo de los gobiernos panistas cuando despuntó y obtuvo contratos no siempre claros (véase esta nota de Contralínea); entre ellos el correspondiente a la ampliación del tramo La Pera-Cuautla. La represión a los comuneros y el daño ecológico —ignorando el entorno sociocultural de las comunidades en donde se ubican la obras, fracturando el equilibrio ecológico al que dice comprometerse la empresa en su página oficial (menú «Nosotros», submenú «Estrategia»)— son algunas de las consecuencias que ha traído esta obra, las cuales no serían posibles sin la complicidad de las autoridades de los tres niveles de gobierno.
¿A quién beneficia esta carretera? ¿A los habitantes del lugar? Si fuera así, ¿por qué oponerse? Los comuneros de Tepoztlán rechazan la construcción principalmente por el daño ecológico causado y la invasión a sus tierras, lo que implica la violación de sus derechos humanos y de propiedad; motivos suficientes para suspender la obra. No ha sido así. En los últimos días Tradeco reanudó la destrucción de la zona ecológica con el apoyo de granaderos. ¿Qué podemos esperar de un sistema de gobierno que está a la sombra de las empresas, listo para actuar, siempre en pro de la iniciativa privada?
Por si esto fuera poco, la apatía y el individualismo cada vez más evidente de la mayor parte de la población respecto a este tipo de asuntos son preocupantes. ¿Qué acciones realizamos los profesionistas que aparentemente estudiamos para contribuir al desarrollo y avance de la sociedad? ¿Realmente nos preparamos con este propósito o lo hacemos para “ser alguien en la vida”, lo cual parece significar sólo consumir y obtener bienes materiales sin voltear a ver a los demás?
Decir que “todos somos Tepoztlán” es, hasta ahora, una falacia, un deseo o la ilusión de las personas que han decidido acompañar a los tepoztecos de manera activa, no sólo en el discurso, para exigir que Tradeco detenga las obras, que retire su maquinaría y trabajadores; el retiro de la fuerza pública estatal y federal; el alto a la represión y hostigamiento. Vale la pena mencionar que mientras se llevaba a cabo el mitin llegaron tres patrullas y dos policías en motocicletas —cantidad exagerada si consideramos que el grupo de manifestantes era menor a treinta— y permanecieron en el lugar hasta que la gente se retiró.
¿Hasta cuándo los profesionistas e intelectuales arriesgarán algo más que su prestigio al ocuparse plenamente de asuntos como el que afecta a Tepoztlán? ¿Hasta que hayan pasado varios años? ¿Sólo para mostrar lo que era pero ya no es? ¿Sólo para “analizar” los factores que expliquen lo sucedido y entonces criticar al gobierno? Y nosotros ¿qué hacemos?, ¿por qué no actuamos ahora?, ¿por qué no antes de que el desastre ecológico se consume y la represión continúe?
Considero que hay mucha falta de cobertura respecto al tema, en especial cuando se trata de una localidad relativamente cerca a la capital. Honestamente, no creo que en los dos medios masivos de televisión se haya informado a la población, en vez de eso, prefieren televisar rality shows, que solo despistan a la gente de la realidad del país
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No es primera vez que vemos un acto de infraestructura por parte del gobierno sin importar que a quien … lo vimos en el distrito federal … el rumor en Texcoco , ahora con esto y como bien dicen el gobierno aplica «Ojos que no ven corazón que no siente» , controlan los medios masivos de comunicación para que no sea difundido y no sean mas las voces en contra …
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No sólo se trata de Tepoztlán, sino de todos aquellos lugares de nuestro país en donde vemos el actuar ilegal, impune, alevoso (y otros tantos adjetivos más) de un sistema de gobierno que obtiene beneficios económicos para sí mismos, al apoyar a la iniciativa privada.
Y lamentablemente ellos se sienten con el poder de pisotear los derechos de todos porque nos hemos convertido en un país lleno de egoísmos, de miedos, de falto de unidad y amor a la naturaleza.
Ellos no harán nada, debemos actuar en consecuencia.
Como docentes debemos adquirir el compromiso de impulsar y participar con entusiasmo en programas de educación ambiental, en proyectos de enseñanza-aprendizaje que contribuyan a concientizar en nuestros alumnos, que su participación es fundamental para proteger a la naturaleza y con ello garantizar la supervivencia de todos.
Para finalizar y considerando el comentario de Miriam, no creo que sea falta de cobertura, muchos de nuestros contactos comparten información de problemáticas como la de Tepoztlán, a su vez, ¿cuántos de nosotros la compartimos a nuestros amigos y comentamos al respecto? Vuelvo a reiterar, esta es una gran telaraña de comunicación, no puede decirse que no se está informado.
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Una prueba más de que vivimos en el país de ¡¡¡NO PASA NADA!!! rodeados de impunidad, de influyentismo, y grupos de personas a las que sólo les interesan sus bienes, su dinero y demostrar que este país no es nuestro sino de aquellos a quienes nuestros gobernantes no dudan en venderles lo que sea a cambio de dinero y para el pueblo… circo, maroma y teatro.
Difusión y compromiso es nuestro papel mínimo como educadores, y ya que la TV no es el medio que dará a conocer esta problemática usemos el bendito internet, hablemos de ello en nuestras clases… en fin cada uno juegue con sus estrategias de acuerdo al nivel de estudios al cual nos dediquemos pero ¡¡¡hagamoslo!!
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Felicidades por tu artículo Esme. No me extraña, como buena comunicóloga que eres.
Con respecto al tema en mención, creo que es muy lamentable pero particularmente lo es la desunión de la gente, no sólo en este caso, el problema es a nivel nacional, por eso estamos como estamos, porque cada quien, tontamente, solo ve por sí mismo, sin darse cuenta que justo esa individualidad o divisionismo es lo que conviene a los gobernantes corruptos.
No sé qué vamos a necesitar como país para entender que unidos es como haremos la fuerza y que en nosotros está detener a los gobernantes corruptos.
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