por Benjamín Díaz Salazar *
El ingeniero y empresario Carlos Slim Helú, por medio de la Fundación Telmex y su numerosa red de empresas, organiza anualmente el encuentro titulado México, siglo XXI. El Auditorio Nacional recibe a cerca de diez mil becarios y becarias de diversas universidades, públicas y privadas, de la república mexicana. Desde el 2002, “el ingeniero” —como lo apodan de cariño— realiza este ciclo de ponencias en el cual se reúnen personalidades de diversos ámbitos sociales para compartir sus experiencias con las y los jóvenes presentes en el coloso de Reforma.

La edición del 2014 fue peculiar por varios factores. Además de ser la primera ocasión que asistí, fue calificado por sus anfitriones como la más importante en doce años. La política, la causa social, la tecnología, el arte y el deporte fueron las trincheras desde las cuales se buscó fortalecer el objetivo medular: los valores de la sociedad mexicana. A lo largo de poco más de doce horas y con una meticulosa y admirable organización, desfilaron ante los ojos de becarios y becarias Hillary Clinton, Lizzie Velásquez, Mark Zuckerberg, Antonio Banderas y Ronaldinho.
La ex secretaria de Estado estadounidense se refirió en su discurso a los esfuerzos necesarios para alcanzar las metas individuales. Se refirió a los avances que nuestro país ha realizado en el campo de la educación y, tras adular en numerosas ocasiones los paisajes mexicanos, habló del necesario fortalecimiento de las relaciones y colaboraciones entre México y su país natal. Un par de comentarios llamaron la atención de más de un asistente: Clinton dio a conocer su postura frente a los acontecimientos de Ucrania, reiterando el papel del gobierno estadounidense como protector y benefactor en el mundo. Además, dejó en claro un latente interés por contender en las próximas elecciones para la presidencia de nuestro vecino del norte.
Lizzie Velásquez es una texana que, a través de sus experiencia de vida, demostró que los únicos límites son los que uno mismo se impone. Portadora de un extraño síndrome que le impide subir de peso, Velásquez es una joven capaz de hacerte pensar sobre el significado del valor del perdón, del esfuerzo y del amor propio. Con la lucha contra el bullying como su estandarte, esta extraordinaria mujer nos invita a la reflexión constante. Las y los invito a revisar su canal de videos y repensar nuestra postura ante la vida.
Mark Zuckerberg fue un ponente esperado por muchos pero que dejó la mayor cantidad de sinsabores de la jornada. La sesión programada con el creador de Facebook llegó después de que el joven ingeniero se reuniera con el presidente Enrique Peña Nieto, por lo que se hicieron presentes preguntas acerca de los temas tratados en su reunión. Acompañado de su propio entrevistador y con una actitud cortante, Zuckerberg esbozó la historia de su compañía y con mensajes de apoyo alentó a las y los asistentes a crear e innovar desde sus campos de acción. Los comentarios respecto al tema migratorio en Estados Unidos y la muestra de su apoyo a la comunidad latina por medio de instituciones le merecieron constantes aplausos.
El discurso preparado por el actor malagueño Antonio Banderas fue el más emotivo de la tarde. En un recorrido literario por su vida y carrera, Banderas demostró que la pasión por lo que se hace es el principal sustento del éxito. Realizó un paralelo entre su vida y el personaje epónimo de El Zorro, en el cual fundamentó la labor filantrópica de su Fundación Lágrimas y Favores. Su participación concluyó con un firme, estruendoso y enérgico llamado contra la utilización de las armas como medio para cambiar el mundo.
La última participación le correspondió al futbolista Ronaldinho, quien con una sonrisa constante respondió a las preguntas que el público asistente envió a través de las redes sociales. El recorrido por su vida y su esfuerzo por alcanzar su presencia a nivel mundial fueron las líneas de su intervención. La cita constante a los valores y al esfuerzo acompañó la charla. “Ya no me voy de México” fue la frase que más aplausos mereció, aún con el desconocimiento de que vendría a trabajar en un equipo mexicano.
El acto resulta una ejercicio interesante de llevar un mensaje de esfuerzo y valores a las y los asistentes; sin embargo, fue también el perfecto espacio para difundir los cambios que se avecinan. A lo largo del día estuvieron ágilmente disimulados los ataques contra las principales compañías que poseen los medios de comunicación y en donde “el ingeniero” se abrió un reciente un espacio. El llamado hacia una utilización crítica de los medios de comunicación coincidió con las constantes referencias a personajes, programas y mecanismos de la competencia.
La nota sobre la coparticipación del creador de Facebook con el gobierno mexicano para fortalecer el acceso a internet llegó después de que el joven asumiera públicamente su admiración por Carlos Slim, de quien tendremos próximas noticias en ese campo. Es inminente la expansión de la presencia del Grupo Carso en las redes comerciales, culturales y sociales de nuestro país. Si bien han están relacionadas con el interés por el apoyo a la educación y la cultura, tales actividades me remiten a los potentados porfiristas que abrieron grandes centros de beneficencia y sin duda me resuena en la cabeza aquella frase de Luis Terrazas y Chihuahua, sólo que con una pequeñísima modificación: en efecto, parecería Slim no es de México, sino que México es de Slim.
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