por Diana Salazar Tapia *
Estoy decidido a usar todos los instrumentos del estado democrático para impulsar la transformación que reclama la gran mayoría de los mexicanos: Enrique Peña Nieto
El 2 de septiembre, Enrique Peña Nieto rindió un mensaje a la nación que se transmitió tanto en la radio como en la televisión, con motivo de su primer informe de gobierno. Hasta hace unos años, los informes eran leídos en el congreso frente a los legisladores. El toque que le dio Peña Nieto a su informe fue presentarlo (un día después de haberlo entregado al congreso) ante la clase política y ante grupos de poder que fueron previamente invitados a Los Pinos, así como representantes de medios de comunicación, de asociaciones religiosas, empresarios y diplomáticos.
La sesión fue solemne en todos los sentidos, sin ningún punto de vista en contra, sin gritos ni sombrerazos; muy al estilo del salinato, todos aplaudiendo a lo dicho por el señor presidente. Esta es la imagen que Enrique Peña Nieto quiere mostrar al mundo. Según él, la mayoría de los ciudadanos está de acuerdo con la reforma energética, siendo que existen encuestas realizadas del 25 de agosto al primero de septiembre en las que se establece que el 80 por ciento de los mexicanos está en contra de dicha reforma.
Otra reforma de la que habló Peña Nieto fue la educativa, la cual provocó la casi paralización del centro de la ciudad de México durante cuatro semanas, a causa de las protestas y las marchas de los maestros inconformes con los atropellos a sus derechos laborales —y que terminó el viernes 13 con el desalojo del campamento de la CNTE—. La mención a este problema fue la siguiente: “La inmensa mayoría de los docentes se encuentran en sus aulas laborando con vocación de servicio y amor a la educación.” Basta ver las imágenes que se han publicado en la prensa para percatarse de la inconformidad, para darnos cuenta de el disgusto y la impotencia que sienten los docentes al no poder opinar sobre lo que les afecta en sus derechos laborales.
Peña Nieto también habló de la «cruzada contra el hambre», la gran campaña social de su gobierno, que en lo personal me hace recordar las medidas adoptadas en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari: los tortibonos y las tiendas Liconsa, que jugaron el papel de paliativos pero no resolvieron los problemas de fondo del país. Desgraciadamente, parece que este programa tampoco va extirpar de raíz el problema de la pobreza en México.
Finalmente, Peña abordo el tema de las policías comunitarias: puntualizó que no se va a permitir que la gente se haga justicia por su propia mano, pero no habló de cómo se les va a defender, a pesar de que a diario sufren los abusos y vejaciones de la delincuencia organizada. La violencia y la corrupción, que es lo que más afecta a los mexicanos, fueron los temas ausentes en el mensaje de Peña Nieto.

¿Por qué Peña Nieto no dio su informe en el congreso como cualquier otro priísta?, ¿por qué, al igual que en las telenovelas, habló de una realidad ficticia?, ¿por qué dio un mensaje en Los Pinos con gente que le aplaudía cada una de sus palabras? El mensaje sólo dejó ver a quién van dirigidas cada una de las propuestas: qué importa si las ve el pueblo de México o no lo ve. Eso carece de relevancia; lo importante es saludar de mano a cada uno de los personajes presentes en el acto.
Como ya se ha dicho en otros textos de este blog, el “nuevo” PRI frente al que estamos no es más que la continuación del que dejó el poder en 2000. Todavía Vicente Fox se atrevió a enfrentar al congreso después de sus tropiezos y altibajos. En cambio, Felipe Calderón y ahora Enrique Peña Nieto no dan la cara y hacen oídos sordos a las inconformidades de la mayoría. Por eso la lucha contra la reforma energética y contra la reforma educativa aún no termina; apenas está comenzando, a pesar de las críticas en los noticieros de Televisa, TV Azteca y uno que otro periódico. A pesar de sus artimañas, existe gente consciente que no cree en su farsa telenovelesca.
Fe de erratas: En la cita de inicio lo correcto es: Estoy decidido…
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Errata corregida. Una disculpa
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