por David F. Uriegas *

Los primeros años en la licenciatura de historia son años entre la luz y la oscuridad, el caos y el orden: más oscuridad que la oscuridad misma, y más caos que el propio caos que ya teníamos de antemano. He aquí el problema: ¿desde dónde vemos lo que pasa?, y ¿quiénes son esos que ven lo que pasa?

La crisis que se vive en España no sólo ha impactado al mundo en términos históricos, sino que ha producido mucha tristeza en los hogares de miles de personas a lo largo del país. Comercios que han pasado de generación en generación, comercios que perduraron por ser sus productos de buena calidad ante los ojos de los consumidores, han cerrado paulatinamente conforme los ingresos se van reduciendo de forma abrumadora. La tasa de desempleo ha aumentado en tal magnitud que los jóvenes recién egresados de prestigiosas universidades comienzan a reflexionar sobre su futuro más seriamente. Todo esto, ha orillado a muchos a salir de su país y esto, a su vez, ha sido causa de cierta reticencia por parte de los empleadores de otros países para contratar españoles.

Lo que hace algunos años fue una población relativamente próspera es hoy motivo de una tristeza tan grande que un término que antes se usaba en forma despectiva es hoy empleado para expresar admiración: mileurista. La palabra se refiere a todos aquellos que tienen un ingreso mensual de alrededor de los €1 000. Percibir tal cantidad era, en general, símbolo, si no de pobreza, sí de una cierta baja categoría. Hoy, sin embargo, el karma se ha estado manifestando de tal forma en la vida de los ciudadanos españoles que en estos tiempos ser un trabajador  “mileurista” vale para ser considerado casi un héroe, alguien que puede costearse lujos que pocos tienen en estos momentos.

Ilustración de Aleix Saló
Ilustración de Aleix Saló

Es impresionante lo que la historia de las palabras, las connotaciones, o las etiquetas pueden decirnos sobre las condiciones de vida de ciertos lugares. Si bien el término mileurista no es utilizado en todo el país, sí nos sirve para darnos una idea de las circunstancias que atraviesa España actualmente; más aún, cuando sabemos que en Francia, Irlanda o Alemania, por ejemplo, ser mileurista es mucho más común y “más fácil”, independientemente de las tasas de desempleo.

El fenómeno económico global no sólo es agobiante, sino que paulatinamente va generando caos dentro de cada país y afecta a cada individuo. Lo que llamamos “libre mercado” o “competencia” no ha resultado más que en un juego de “a ver quién compra más hoteles”; un juego en el que los miembros de las naciones en crisis pierden frente a un orden que ya no toma en cuenta al ciudadano de a pie para tomar decisiones y le hace cada vez más difícil sobrevivir en un mundo dominado por grandes dragones “putrimillonarios”. Es un hecho que el fijar nuestra atención en estos temas es de suma urgencia para los historiadores, y debería ser prioridad para los “expertos” que elaboren propuestas que solventen las necesidades básicas de cada individuo.

2 comments on “Mileuristas

  1. Hola, me gustaría recomendar a los editores del blog que tengan un parámetro más estricto a la hora de determinar la calidad de los artículos que van a ser publicados. Aunque me parece muy interesante el tema que trata, francamente, esta colaboración es bastante superficial. No hay coherencia en el texto.

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  2. Es muy cierto lo que escribes, pero también es cierto que cuando se hallaban en la prosperidad llamaban y siguen llamando a los latinoamericanos: «Sudacas».

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